miércoles, 15 de octubre de 2008

Reflexionando ... sobre el juego en nuestros días

Y vivieron los abuelos a jugar con los chicos de la Sala del Mar (sala 4 años del Turno mañana)
En esta sociedad cambiante y acelerada, en la que:
Las familias han reducido las oportunidades de juego por no disponer de tiempo para hacerlo...
Los espacios de ocio son cubiertos por propuestas como la TV, videos juegos, Internet, etc. en los que no siempre redunda la calidad, ni se estimula el desarrollo de la creatividad;
No se tienen en cuenta la riqueza del uso de materiales de desecho y los elementos de la naturaleza
En que los niños realizan a diario un sinnúmero de actividades extras (computación, inglés, etc.) y no cuentan con mucho tiempo para el esparcimiento libre.
En la que las tradiciones cuesta sostenerlas…
Nos propusimos invitar a los abuelos a una jornada de juegos, ubicando al juego como el eje de nuestro trabajo.
A través del mismo, pudimos de alguna manera prestigiar y revalorizar al juego en el jardín, recuperando el valor que tiene en sí mismo por el placer y la alegría que provoca, con el desafío de tenerlo presente como necesidad y derecho que los niños de todos los tiempos y en todas las culturas han tenido y que como docentes de Nivel Inicial somos responsables.
El mismo constituye la actividad fundamental para lograr alcanzar un desarrollo completo en cuanto a la afirmación de la personalidad, el desenvolvimiento social, y distintos aspectos referidos a la afectividad, los valores, la motricidad, y el conocimiento de los pequeños.
Rescatamos los juegos tradicionales de nuestros abuelos como un bagaje sumamente positivo y rico para nuestro desarrollo cultural y el de los niños, y propiciamos un espacio para jugar al balero, las bolitas, el pisa-pisuela, las estatuas, las rondas y canciones tradicionales…. Un espacio para crear y confeccionar cada varón su pelota de trapo y cada nena su muñeca…
Se observó como cada uno de los abuelos, se dio el permiso para jugar, disfrutar... y comprometerse con lo que estaban haciendo.
A medida que jugaban, se relajaban de las tensiones y conflictos; y se involucraban de tal forma que lograban compenetrarse en la acción al igual que los pequeños participantes, en un clima de libertad.
Cumplían con las reglas que los mismos chicos habían inventado... y por momentos las miradas cómplices entre los abuelos y sus comentarios, traían a la memoria distintas sensaciones recuperadas de escenas de juegos que ellos mismos habían protagonizado en el pasado.

Tanto las actividades previas realizadas, como la jornada de juego, fueron vividas a pleno por todos los chicos... cada juego compartido fue un pretexto de agradecimiento de cada uno de los abuelos que ese día estuvieron al lado de su nieto y en las que se promovieron oportunidades para la iniciativa, la interacción, la creatividad, la socialización y el aprendizaje… Gracias a todos los que nos prestaron un poco de su tiempo y vinieron al jardín… gracias familias por decir presente.

Patricia Luquez.
Directora del Nivel Inicial

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